Aguado y sus hamburguesas

Habiendo huido del Garzón Boy tenía la certeza de que por estos lares encontraría algo similar.

Después de cazar el único cine de la zona que estaba pasando esa gran film llamado “OldBoy” (la reseña pa mañana), busque un sitio para poder almorzar/cenar. Cual Teseo urbano, camine entre ese laberinto de restaurantes y sitios de comida rápida que llaman “Feria”. Tras un recodo, me encontré al minotauro músico culinario, aderezado con trompetas de fiesta valenciana: Gustavo Aguado.

Si. El “frontman” de Guaco, el de la nevera esta full, el que pierde la mirada, entreabre y saca la bemba y suda copiosamente, con el tronco ligeramente arqueado hacia delante, mientras “tropicaliza” dancisticamente sus piernas y emula un “bajo de aire” (no es una “air guitar” sino un “air latin bass”). Era un backing tamaño natural, en el cual “Gus Aguado” enarbolaba en bandeja una hamburguesa. Realmente impacta.

La curiosidad no me permitió alejarme del sitio, y tomé la decisión de comer en el Guaco Café. Por supuesto, si, hay un plato llamado “Castígala” y “esta full”. Recordé “Festal”. Aguado, nuevamente con la miradita, la bembita salida de agotamiento, el sudorcito y el baile extraño, comiéndose una parrilla, pasándola mal luego de la tragazón y luego suspirando aliviado mientras señala una caja de Festal. “nada, el combo incluye, por 500 bolos mas, un Festal”. No pasó.

Devore la cosa, no me cayo pesado, no necesite Festal y de pasapalo me embolsille el mantel de papel para mostrarles a ustedes la imagen del Guaco Café. Lo mejor, sin duda, son los collares.

PD: En honor a la verdad, la comida es económica y buena. Las papas son grasosas y bien fritas, por lo que saben bien, claro está. Buena alternativa a las lombrices californianas de McDonalds. Eso si, ignoren la bizarra imagen. No sirve tampoco mucho apedillarse "Aguado" y ofrecer comida.