Enron, perfecto símbolo del neoliberalismo desatado

“Enron: The Smartest guys in the room”, documental basado en el libro del mismo nombre, es un pulverizador material.

Es un retrato perfecto de lo que el capitalismo salvaje, las tendencias neoliberales y obsesivas por evitar la regularización del estado traen como consecuencia. Una empresa basada en la codicia, arrogancia y en las mentiras (algunas veces creídas por los mismos perpetradores) descaradas que se llevaron a cabo para lograr no el principal, sino el único objetivo de las cabezas de Enron: hacer dinero.

La plantilla mayor de Enron, con la complicidad de otros entes, robaron energía eléctrica a California y lograron que sus propios empleados invirtieran sus ahorros de pensión y jubilación en acciones de su misma compañía, para luego declararse en bancarrota y no regresarles nada. Por supuesto, las cabezas de la compañía se fueron felices a sus casas con bonos multimillonarios. Esto dentro de algunos de sus mayores “logros”.

En el proceso, veremos “detalles” como el hecho de Arnold Schwarzenneger pasando de ser un terrible actor a gobernador de California, el enorme financiamiento de Enron a la campaña de George W. Bush y sus beneficios, como Matt Groening plasmó la vergüenza del escándalo en Springfield, el experimento Milgram en su máxima expresión y como una protestante le estampó en la cabeza un postre a Jeff Skilling, entre otras cosas.

El mayor mérito de éste documental es el de hacer accesible y entretenido para todo el público, casi 2 horas de un escándalo económico-político-energético, de connotaciones muy específicas y por ende, pesadas.

La musicalización es un aspecto notable. Tom Waits, The Cardigans, Red Hot Chili Peppers y Marilyn Manson, entre otros, amenizan con sus certeras líricas diferentes pasajes del documental.

Por supuesto, las mismas peculiares personalidades de los “protagonistas” (antagonistas) de la historia ayudaron mucho al realizador Alex Gibney y a los escritores del libro Bethany McLean (periodista, ¡vaya!) y Peter Elkind (economista). Desde los comentarios arrogantes y descarados de Ken Lay, pasando por las lecturas darwinistas de Skilling, la sonrisa de “Gato Cheshire” de Andrew Fastow llegando hasta el disfraz de demonio millonario de Tim Belden, la historia de Enron no hace sino convertirse cada vez mas en el símbolo de los peores rasgos del capitalismo empresarial y de las tendencias de “libre mercado”, que no hacen sino enriquecer a unos pocos, mientras el gran grueso de “tontos útiles”, se ven al final despedidos, utilizados y empobrecidos.

No diré mucho más. “Enron: The Smartest guy in the room” es un documental que habla por sí solo, que no tiene pérdida y que apela sobretodo, a usar el propio discurso disociado de la plana mayor de Enron para mostrar su propio derrumbe. Y el lamentable derrumbe económico de sus empleados. Gracias por ratificar mis ideas sobre algunos modelos económicos.