“La cosa como que ya no está tan dura para el proxeneta, ¿eh?”, replicó el anfitrión Jon Stewart, luego de reírse largo rato por el triunfo de la canción original “It`s hard out here for a pimp”, de la película “Hustle and Flow”, cuya presentación, segundos antes, había culminado con un grito Mariah-Carey-Whitney-Houstenesco de ¿Cuál palabra? Así es: PIIIIIIIIIIIMP!!!!!!!...
Y es que los Academy Awards, por más que intenten tener flow y ser pro-brothà, nunca podrán quitarse ese estigma elitesco “golden age” de gala que posee. Así le hayan dado un premio a Eminem. Así se lo hayan dado a Three 6 Mafia por su “It`s hard out here for a pimp” (quizás para quitarse esos rumores acerca de que la única razón por la que le habían dado un premio años atrás a una canción Hip-Hop era porque su intérprete era blanco). Así "Crash" haya ganado como mejor película.
Y es que a Jon Stewart le habían advertido que nada de “propaganda anti-Bush, pues para eso tenemos 5 minutos de demora en la transmisión”. Estamos bien con los brotha y con los stupid white men.
Pero, por supuesto, Three 6 Mafia no la tuvo tan difícil. La cosa no es tan dura para un pimp si tu competencia es una prostética y estirada Dolly Parton con una canción igualita a sus 368 anteriores (“Traveling Thru”, de “Transamerica”) o Kathleen “Bird” York (“In the deep”, de “Crash”), la cual es una mujer pelirroja cuya presentación, para que no pasara rápidamente al olvido tuvo que ser aderezada con una representación de Resident Evil: Un carro incendiándose detrás y unas especies de zombies que le daban vuelta al vehiculo infernal y caminaban lentamente. No me jodan. Eso no era una representación de una escena de Crash. Era de Resident Evil y el asiático que caminaba lentamente con los brazos casi perpendiculares a su cuerpo lo prueba.
Creo que la categoría de mejor canción original fue muy representativa para la ceremonia en general.
“Munich” y “Good Night and Good Luck” no se llevaron nada. Ya George Clooney, ganador del oscar por mejor actor de reparto y nuevo “big name” en la historia de la ceremonia, lo advertía: “Ok, así que no voy a ganar por mejor director, ¿eh?”.
Steven Spielberg se conformó con burlarse en silencio del conscientemente despeinado Tim Burton, luego de que “Wallace and Gromit” (buen film de Dreamworks, pero cuya técnica es la misma desde hace 15 años o más), relegara al patético fracaso Oscarizable al buen film “The Corpse Bride”.
Phillip Seymour Hoffman, por su personificación del gran Truman Capote, era un tiro al piso. Fue sin duda el mejor nominado. Heath Ledger penetró e intercambió fluidos corporales con Jake Gyllenhall, pero no fue suficiente para que ganase algo esta temporada. Lastima por David Strathairn y Joaquin Phoenix. No me dio tiempo de ver a Terrence Howard. Lo haré tal vez mañana.
Rachel Weisz, por su papel de “izquierdosa” radical pro derechos humanos cruelmente asesinada, recibió el oscar por mejor actriz secundaria por un film que, junto a “A History of Violence” y “Walk the line”, debió haber tenido mayores reconocimientos: “The Constant Gardener”, de Fernando Meirelles (el de Ciudad de Dios, ¿recuerdan?).
Reese Whiterspoon se llevó fácilmente el Oscar a mejor actriz principal, en una categoría donde sólo Felicity Huffman y su efectista rol de un transexual, pudo haber sido competencia. Ryan Phillipe recuerda con melancolía los días de “Cruel Intentions”, donde ella y él eran iguales.
El King Kong de Peter Jackson, no tuvo competencia en cuanto a mezcla, efectos visuales y de sonido. “Memoirs of a Geisha” repitió correctamente la formula de films como “Crouching Tiger, Hidden Dragon” (cultura nipona bien iluminada, atractiva para los lejanos e ignorantes occidentales) y le dio una paliza a todos en cuanto a vestuario, cinematografía y dirección de arte.
“The March of the Penguins” fue quizás el premio más predecible de la noche. Los mismos realizadores, sabiéndose ganadores, se llevaron sendos peluches pinguinescos a la tarima (¿será que invirtieron en ellos y los pingüinitos de peluche serán el juguete mas vendido de ésta temporada?).
“Star Wars 3” no se llevó el premio a maquillaje. Se lo arrebató el falso y puber Centauro de las Crónicas de Narnia (film mejor conocido como “Recojamos las migas del éxito del Señor de los Anillos y apostemos a la narración épica-fantastica”).
Ang Lee se llevó el oscar a mejor dirección por “Brokeback Mountain”. La cinta de los vaqueros “diferentes” sólo se llevó dos premios más: Mejor guión adaptado y mejor banda sonora, agregándole a Gustavo Santaolalla, ooootro triunfo más.
Y luego vino el choque. Apoyado en su guión y edición (fueron los únicos otros dos premios que ganaron), “Crash” ganó como mejor película y dejo fríos a todos los pro “Brokeback Mountain”. Yo particularmente, sigo siendo un idiota que no entiende la intencionalidad de “Crash”. El guión como ejercicio asociador de historias es bueno (Crash es precisamente eso, unos cuantos cortometrajes, relacionados uno con otros), pero esa carrera obsesiva para ver cual minoría racial sufre mas o está mejor representada no debería ser mérito suficiente como para ser catalogada como mejor film de este año.
Pero son los Academy Awards. La competencia no era contundente. Hay que estar bien con todo el mundo. Nos lanzamos una de liberales pero le tenemos las bolas agarradas a Jon Stewart. Eso si, le dejamos burlarse de Dick Cheney porque, dios santo, todos se burlan de la “mala puntería” de Cheney, la victima se disculpó con el victimario (que jodido mundo es éste) y que Stewart no se burle de eso es como sospechoso.
Y si, Jennifer Gardner casi nos deleita estrellando su divino trasero en el escenario. Pero la situación sólo se limitó a una torpe patinada y una expresión de vergüenza momentánea. Mejor suerte para la próxima.
Y es que los Academy Awards, por más que intenten tener flow y ser pro-brothà, nunca podrán quitarse ese estigma elitesco “golden age” de gala que posee. Así le hayan dado un premio a Eminem. Así se lo hayan dado a Three 6 Mafia por su “It`s hard out here for a pimp” (quizás para quitarse esos rumores acerca de que la única razón por la que le habían dado un premio años atrás a una canción Hip-Hop era porque su intérprete era blanco). Así "Crash" haya ganado como mejor película.
Y es que a Jon Stewart le habían advertido que nada de “propaganda anti-Bush, pues para eso tenemos 5 minutos de demora en la transmisión”. Estamos bien con los brotha y con los stupid white men.
Pero, por supuesto, Three 6 Mafia no la tuvo tan difícil. La cosa no es tan dura para un pimp si tu competencia es una prostética y estirada Dolly Parton con una canción igualita a sus 368 anteriores (“Traveling Thru”, de “Transamerica”) o Kathleen “Bird” York (“In the deep”, de “Crash”), la cual es una mujer pelirroja cuya presentación, para que no pasara rápidamente al olvido tuvo que ser aderezada con una representación de Resident Evil: Un carro incendiándose detrás y unas especies de zombies que le daban vuelta al vehiculo infernal y caminaban lentamente. No me jodan. Eso no era una representación de una escena de Crash. Era de Resident Evil y el asiático que caminaba lentamente con los brazos casi perpendiculares a su cuerpo lo prueba.
Creo que la categoría de mejor canción original fue muy representativa para la ceremonia en general.
“Munich” y “Good Night and Good Luck” no se llevaron nada. Ya George Clooney, ganador del oscar por mejor actor de reparto y nuevo “big name” en la historia de la ceremonia, lo advertía: “Ok, así que no voy a ganar por mejor director, ¿eh?”.
Steven Spielberg se conformó con burlarse en silencio del conscientemente despeinado Tim Burton, luego de que “Wallace and Gromit” (buen film de Dreamworks, pero cuya técnica es la misma desde hace 15 años o más), relegara al patético fracaso Oscarizable al buen film “The Corpse Bride”.
Phillip Seymour Hoffman, por su personificación del gran Truman Capote, era un tiro al piso. Fue sin duda el mejor nominado. Heath Ledger penetró e intercambió fluidos corporales con Jake Gyllenhall, pero no fue suficiente para que ganase algo esta temporada. Lastima por David Strathairn y Joaquin Phoenix. No me dio tiempo de ver a Terrence Howard. Lo haré tal vez mañana.
Rachel Weisz, por su papel de “izquierdosa” radical pro derechos humanos cruelmente asesinada, recibió el oscar por mejor actriz secundaria por un film que, junto a “A History of Violence” y “Walk the line”, debió haber tenido mayores reconocimientos: “The Constant Gardener”, de Fernando Meirelles (el de Ciudad de Dios, ¿recuerdan?).
Reese Whiterspoon se llevó fácilmente el Oscar a mejor actriz principal, en una categoría donde sólo Felicity Huffman y su efectista rol de un transexual, pudo haber sido competencia. Ryan Phillipe recuerda con melancolía los días de “Cruel Intentions”, donde ella y él eran iguales.
El King Kong de Peter Jackson, no tuvo competencia en cuanto a mezcla, efectos visuales y de sonido. “Memoirs of a Geisha” repitió correctamente la formula de films como “Crouching Tiger, Hidden Dragon” (cultura nipona bien iluminada, atractiva para los lejanos e ignorantes occidentales) y le dio una paliza a todos en cuanto a vestuario, cinematografía y dirección de arte.
“The March of the Penguins” fue quizás el premio más predecible de la noche. Los mismos realizadores, sabiéndose ganadores, se llevaron sendos peluches pinguinescos a la tarima (¿será que invirtieron en ellos y los pingüinitos de peluche serán el juguete mas vendido de ésta temporada?).
“Star Wars 3” no se llevó el premio a maquillaje. Se lo arrebató el falso y puber Centauro de las Crónicas de Narnia (film mejor conocido como “Recojamos las migas del éxito del Señor de los Anillos y apostemos a la narración épica-fantastica”).
Ang Lee se llevó el oscar a mejor dirección por “Brokeback Mountain”. La cinta de los vaqueros “diferentes” sólo se llevó dos premios más: Mejor guión adaptado y mejor banda sonora, agregándole a Gustavo Santaolalla, ooootro triunfo más.
Y luego vino el choque. Apoyado en su guión y edición (fueron los únicos otros dos premios que ganaron), “Crash” ganó como mejor película y dejo fríos a todos los pro “Brokeback Mountain”. Yo particularmente, sigo siendo un idiota que no entiende la intencionalidad de “Crash”. El guión como ejercicio asociador de historias es bueno (Crash es precisamente eso, unos cuantos cortometrajes, relacionados uno con otros), pero esa carrera obsesiva para ver cual minoría racial sufre mas o está mejor representada no debería ser mérito suficiente como para ser catalogada como mejor film de este año.
Pero son los Academy Awards. La competencia no era contundente. Hay que estar bien con todo el mundo. Nos lanzamos una de liberales pero le tenemos las bolas agarradas a Jon Stewart. Eso si, le dejamos burlarse de Dick Cheney porque, dios santo, todos se burlan de la “mala puntería” de Cheney, la victima se disculpó con el victimario (que jodido mundo es éste) y que Stewart no se burle de eso es como sospechoso.
Y si, Jennifer Gardner casi nos deleita estrellando su divino trasero en el escenario. Pero la situación sólo se limitó a una torpe patinada y una expresión de vergüenza momentánea. Mejor suerte para la próxima.
8 comentarios:
Vale la pena pasar por esta jodidísima "word verification" (¡mwkwhkkx!) para poder decirte que tu resumen está tan bueno que lamento un poco menos haberme perdido el evento.
Sintonice los oscars tardes, pero me parecio una entrega de premios excelente, muy diferente las anteriores y por sobre todo corta (aunque durara creo que tres horas sino me equivoco). Crash no se merecia ese premio a Mejor Pelicula, habian muchas otras que si, y no defiendo necesariamente a Brokeback, pero para mi esta me parecio mucho mejor que crash.
Me dio mucha risa el comemntario que hiciste sobre el marido de la Reese.
Me molesto mas que Felicity no ganara el Oscar a mejor Actriz, pues era tan evidente que se lo merecia como el premio de Phillip por Capote. En vez de eso se lo diero a Reese que aunque me encanta me parece que no se lo merece asi como mucho menos se merece esos 29 millones de dolares que le van a pagar.
El Stuart me parecio una brisa de aire fresco para los oscars muchisimo mejor que el anfitrion de la edicion anterior.
El comentario sobre "el marido de la Reese" en el párrafo 10, dió mucha risa... :) Lo demás, muy bien! Eres un buen escritor! Ya soy una fan mas de tu blog! Adelante!
perrooo.. tremendo resumen te mandastes, yo los queria ver, pero al final como me dio sueno me fui a dormir, con la certeza de que el mundo estaria igual manana aun asi hicieran o no la entrega del Oscar...epa! eso de los 5 minutos de lag o retrazo de pana me parece un verdadero abuso.
"Te al pelo el post."® xD
Una linda fémina me hizo tragar mis previas palabras y terminé viendo todo el asunto. ¿A lo que llegamos por sexo, no?.
De nada sirvió mi argumento de que un show censurado, transmitido desde la Meca del plástico humano en plena "tierra de la libertad", no merecía más atención que una rápida lectura de titulares, al otro día, para enterarse de las adjudicaciones.
El contundente argumento: -"Pero es que YO quiero que ME acompañes a verlo" - venció sin más.
Así que, al principio, traté de no enfurecerme cada vez que el inútil pomposo de Nelson Bocaranda habría la boca -no tuve más remedio que verlo por el canal de Gustavo-.
Afortunadamente ya a los 10 minutos, más o menos, me había acostumbrado a aislar la "traducción" y a oír detrás el audio original.
Jon Stewart se notó un poco atado de manos, pero su comentario irónico de "Martin Scorsese: zero Oscars, Three 6 Mafia: one.", salvó la noche. Me sentí vengado.
A menudo me reía sólo imaginándome como mi amigo reindertot® comentaría "los momentos Kodak" del show.
P.S.
Debo decir que Robin Williams me dio pena ajena, pero curiosamente Ben Stiller no.
Dolly Parton me asustó mucho. De sólo imaginármela invitada al header de Santiago, me da una vaina.
No recuerdo a Robin Williams... ¿cuando salio?.
Ben Stiller no me dio pena ajena pues estaba seguro de lo que hacia y mantuvo su chiste hasta el final (hacia volar las estatuillas y luego las entregaba)
Jeje, fue un lapsus. Quise decir Tom Hanks.
Jajaja, si, la actuación fue muy "falsita". Pero yo me reí con la ocurrencia. Ciertamente te sacan a golpes con los instrumentos.
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