Yalta revisitada

Churchill: -Bueno, básicamente tenemos UNA GRAN TORTA que repartirnos. Obviamente desconfiamos entre nosotros, sobretodo del rojito Stalin, pues en algún tiempo en mi puesto habrá un jalabolas sin personalidad que hará ciegamente todo lo que le pida uno de tus sucesores y por ende, nos llevaremos bien -le murmura a Rooselvet-. En fin, ¿Cómo vamos a hacer?

Rooselvet: -Bueno caré cochino, yo agarro los derechos del “rap” y el “hip-hop”. En mi país, muy a mi pesar y a los de mis sabios ancestros blancos, los afroamericanos se pondrán muy de moda. Estos derechos consistirán, entre otras cosas, en impuestos a cualquier solo de rap predeterminado que haga alguno de los negritos de moda (Nelly, 50 Cent, Snoop Doog, Pharrell y DMX, por nombrar unos cuantos) en alguna canción de cualquier género. También aplica para cualquier comercial de ropa deportiva. Todo se hace por catálogo. Por supuesto, a Kanye West lo mando a “neutralizar” rápidamente.

Stalin: - "Neutralizar"...¡Viejo marico! ¡Llama las cosas por su nombre! Bueno, yo me agarro los derechos de la imagen del Che Guevara. Eso me dará enorme capital para potenciar el pacto de Varsovia, para hacerle una prueba de ADN a Gómez y demostrar que ese gocho NO es mi padre y claro… para costearme una buena clonación. No quiero Gorbachovs que me mariqueen la vaina con Perestroikitas de mierda. ¡Nada de eso! Totalitarismo total.

Churchill: - ¡Buena movida mi inferior "camarada"! Yo me agarro los derechos de cualquier cosa que tenga que ver con el fútbol europeo. Mi meta será eliminar ese estúpido mundial de cada 4 años, para darles total libertad a los clubes privados, que si generan enormes dividendos económicos diariamente. Mi sueño es que los uniformes desaparezcan, y en su lugar existan unas grandes vallas publicitarias ajustadas al jugador. Y claro, aunque el negrito tercermundista del Ronaldinho sea mejor jugador, moveré mediaticamente la vaina para que Owen, Rooney y el Beckham sean los balones de oro, durante al menos unos 15 años seguidos. Patriotismo a conveniencia, pues.