Huele a cable quemado. Me levanto alerta. No es nada en la casa. Oigo gritos en la calle. Un sector de la morbosidad vecinal se congrega frente a una casa en llamas, a pocos metros de la mía.
Otro gran sector de vecinos, menos morbosos, entre los que me cuento, permanecen distantes, pues la situación parece estar siendo controlada. Alguien grita por una escalera. Corro hacia el patio a buscarla. Tardo menos de 1 minuto pero cuando llego a la casa en llamas con el metálico y pesado artefacto elevador, ya hay 2 puestas allí. La solidaridad de la mayoría de los vecinos NO morbosos es inmediata. Los bomberos llegan después de que el fuego ha sido prácticamente apagado por los vecinos.
Minutos atrás, una viejecita le ha prendido una vela a un santo. Se ha persignado y ha orado durante unos minutos. Se ha ido a su cuarto mas relajada, sabiendo que ha cumplido con su embajador personal del cielo. Esa misma vela será, dentro de unos segundos, la causante material del infernal fuego consumidor de su morada familiar.
Se sabe que Dios trabaja en maneras misteriosas. O al menos ese ha sido el argumento chimbo que nos encasquetaron para entender hechos concretos como el techo de la iglesia que se derrumbo en aquella ciudad europea, aplastando a decenas de feligreses.
Yo, por ahora, seguiré creyendo mas en el ser humano que en ese “misterioso” ente superior.
Otro gran sector de vecinos, menos morbosos, entre los que me cuento, permanecen distantes, pues la situación parece estar siendo controlada. Alguien grita por una escalera. Corro hacia el patio a buscarla. Tardo menos de 1 minuto pero cuando llego a la casa en llamas con el metálico y pesado artefacto elevador, ya hay 2 puestas allí. La solidaridad de la mayoría de los vecinos NO morbosos es inmediata. Los bomberos llegan después de que el fuego ha sido prácticamente apagado por los vecinos.
Minutos atrás, una viejecita le ha prendido una vela a un santo. Se ha persignado y ha orado durante unos minutos. Se ha ido a su cuarto mas relajada, sabiendo que ha cumplido con su embajador personal del cielo. Esa misma vela será, dentro de unos segundos, la causante material del infernal fuego consumidor de su morada familiar.
Se sabe que Dios trabaja en maneras misteriosas. O al menos ese ha sido el argumento chimbo que nos encasquetaron para entender hechos concretos como el techo de la iglesia que se derrumbo en aquella ciudad europea, aplastando a decenas de feligreses.
Yo, por ahora, seguiré creyendo mas en el ser humano que en ese “misterioso” ente superior.
6 comentarios:
Ese por ahora te quedó al pelo.
Yo creo en Darwin. Asi de facil-.
Bueno, hablamos luego, voy a hacer ejercicio un rato... creo que hoy hare caminare desde Petare hasta la Av. Bolivar. saludos.
"En mi espada laser"!!! jajajajaa, que bueno!
La religion es solo CONTROL. NO existe nada de esos fantasticos angeles y resurecciones y poderes misterioso...
PD: Veo una goto en forma de virgen maria, sera que llamo al vaticano antes de que me sangren las palmas de las mano y las plntas de los pies?
Yo no creo en nadie ciegamente...
En el ser humano y en mi mismo, si! Y creo tanto en los seres humanos que los dejare hacer lo que les venga en gana, que los dejare llevar su propia vida como les convenga, que en fin y al cabo no tratare de hacerles de Dios, indicandoles que es lo que deben hacer para ser felices.
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