Con la altanería de Nietzche pero sin su inteligencia y con la resignación de Daria (el personaje de MTV) pero sin su elegancia, Carlos Flores realiza una novela que es en realidad un híbrido entre relato y una crónica de los últimos dos días del rave de Patanemo, ocurrido en la playa venezolana en 1999. La única razón por la que esta pieza literaria es más abultada de lo que debería ser, es por la necesidad obsesiva del autor de venderse como “un tipo con actitud” al lector.
“Temporada Caníbal” es la segunda pieza literaria de este joven autor valenciano, el cual ha trabajado en la redacción de el diario El Carabobeño, revistas como Ocean Drive, Rolling Stone en español y actualmente en Exceso. Esta obra forma parte de la Colección Actualidad de Debate.
Aún cuando este estilo literario no es nada innovador (solo basta recordar aquella controversial y obstinada pieza literaria como lo fue “Pim Pam Pum”, de Alejandro Rebolledo, en el 97), Carlos Flores realiza esta pieza en “terreno fértil”, lo que sin duda le ha conseguido admiradores y seguidores. Con Wolfe y Capote como inspiración, el autor narra en primera persona sus supuestas frustraciones, virtudes y metas, mientras se descubre a si mismo a través de un viaje plagado de drogas, alcohol y mucha obstinación.
Su violenta arrogancia, buenas descripciones, constantes búsquedas de identificación del lector, y venezolanismos repartidos por doquier, hacen de “temporada caníbal” (el cual está lleno de situaciones comunes y algo “chaborras”), una lectura entretenida. Al mejor estilo de Howard Stern, odiarlo o admirarlo sólo tendrá como conclusión la lectura íntegra de la obra.
Esta obra desplaza estratégicamente la profundidad, la objetividad y la argumentación, para darle un protagonismo aplastante a la subjetividad y a la estética de un rebelde sin causa (o con causas poco explicadas) el cual tiene evidentemente más actitud que raciocinio.
Carlos Flores, al menos el personaje principal de “temporada caníbal”, tiene un serio problema con la autoridad y con las instituciones. Los impulsos más animales, la cultura del “whatever” pero con un consciente deseo de serlo todo, forman un personaje que no tiene nada que enseñarnos, excepto un profundo deseo autodestructivo y caprichoso.
Habrá que esperar por una futura entrega de Flores, para descubrir si su obstinación y descalificación fácil es una mera actuación burda o si por el contrario estamos en presencia de un brillante y consecuente escritor que si cree en la evolución. Este no debería ser su mejor trabajo.
3 comentarios:
Eso hay que leerlo pues.
Yo como también soy caníbal, me identifico seguro con esa temporada.
Saludos
recien he leido tu critica de mi libro. gracias por estar pendiente y por opinar con honestidad (el libro nuevo viene en Junio).
carlos flores
Estare pendiente sin duda. Gracias por la visita.
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