Por allá en
Nuestro programa de El payasito Loco era un espantoso retrato de todo lo que no debía ser un ser humano. Los niños asistentes idolatraban al payaso y siempre se le acercaban a pedirle autógrafos. El payaso los maltrataba y despreciaba. Cuando llamaba a algún niño al escenario para alguna prueba, lo aterrorizaba hasta el extremo de hacerlo orinar del pavor. En una ocasión pasó 5 minutos burlándose de la condición racial de un niñito negro. Cuando éste, soberbiamente se defendió, el payasito le volteó la cara de una cachetada y lo sacó del estudio.
A veces hacia una sección de “comidita rica”, donde el payasito loco hacía las mezclas mas asquerosas y obligaba a los invitados a comerse los creativos platos, advirtiéndoles que de vomitar, se comerían lo eyectado de sus bocas.
Eventualmente mi madre o padre entraban de sorpresa al cuarto para chequear “los contenidos” de los programas que estábamos creando. Nosotros bajábamos los niveles de crueldad y salíamos ilesos de la inspección.
Un día, sin embargo, llegando del colegio, descubrimos a nuestros padres escuchando el cassette mas reciente. Mi padre tenía una sonrisa de oreja a oreja. Mi madre, con la mano en la boca, enmudecía risas, mientras un sector de su cerebro la hacía negar con la cabeza.
Hablamos. Ambos estaban asombrados por nuestra creatividad, pero criticaban lo poco constructivo de los programas. Se convencieron de que sabíamos que era o no conveniente. Recuerdo que aunque todos eran personajes creados por nosotros, sentí lástima por los niños maltratados en nuestro programa.
Grabamos un siguiente programa. Por justicia divina, y con un noticiero que tenía de fondo “la estamos pasando muy bien” de Los Prisioneros, anunciamos que el Payasito Loco había sido arrestado por sus delitos, previa coñaza policial.
Cuando lo entrevistaron en la cárcel, el Payasito no demostró verdadero arrepentimiento. A los pocos días fue liberado y realizó un nuevo programa, con más crueldad que la de costumbre.
Luego de ese episodio, Santiago y yo nos cansamos del personaje, y no volvimos a grabar. Guardamos el cassette en un sitio bien seguro.
Años después, de vacaciones en otro estado al que nunca antes habíamos ido, me disponía a acostarme a dormir cuando un ruido familiar se coló por la ventana. El sonido provenía de las casas de atrás, donde no conocíamos prácticamente a nadie. Lo que se escuchaba, podría asegurarlo, era un programa de El Payasito Loco a todo volumen, acompañado de sonoras carcajadas. Reconocí mi voz, la de Santiago, la musiquita circense que usabamos de fondo, los golpes trucados con palmadas y coñazos a la mesa donde estaba la grabadora. Era, casi sin duda, NUESTRA grabación.
Eso no tenía ningún sentido. Era imposible que alguna copia del cassette fuese a parar a las manos de un desconocido vecino en un lugar donde habitamos sólo una semana (y al cual nunca antes habíamos ido). Escuché 5 minutos más del programa a lo lejos y luego el ruido desapareció.
Fue allí, cuando, impresionado, casi asustado, y mientras sonaba la parte mas “spooky” de “Love Rollercoaster” de los Ohio Players (esa canción con mito urbano acerca de un supuesto grito de una mujer siendo asesinada en las afueras del estudio y que se coló en la canción) cuando pensé, a niveles muy básicos en aquel momento, que aunque la idea del payaso malo, borracho y violento no era ni es nada original, yo tenía que elaborar una película, algún día, que siguiese la vida artística de ese bizarro personaje, como simbología de la actuación de los medios de comunicación de éste país. Todos.
Ya veremos como me queda, cuando finalmente, algun día, decida hacerla.
8 comentarios:
Es increible que un post tan bueno como este no tenga ni un piche comentario.
Que vao.
Te juro. Insisto. Entre la ternura y el sexo violento, la sorpresa y el espanto.
Y la frikeante foto del payaso loco ese que tienes al lado del post.
Te tengo algo de miedo. Un interés algo morboso.
Un beso.
tu y Santiago deben tener caracteristicas de "El payasito loco", repudiabas al publico pero a la vez lo compadecias, eres todo un caso de analisis psicologico, lástima que no soy psicologa.
Saludos, cuidate.
Jejeje, suena exagerado pero es cierto. De niños hacemos cosas que luego nos sorprenden. De adultos hacemos cosas que de niños nos sorprenderían.
Igual todos los seres humanos somos casos de análisis psiquiatricos (Por que de ir, iría a un psiquiatra, no un psicólogo).
PD: Mi padre es psiquiatra, por cierto. :-)
Saludos, cuidate tu tambien.
En que estado y cuando fue eso, porque me imagino, como es Papa, seguramente se llevo escondido ese cassette y cuando te disponias a dormir se lo puso a sus amigos para que lo oyeran...
El cassette lo tengo yo en mis manos ahora me lo trajo Israel, quiero ver si lo pasamos a un CD.
Referente a la pelicula, seria GENIAL, me gustaria tener particiapcion en la misma si no hay problemas.
Cuando quieras el cassetee me dices
PD: Recuerdo que una vez el Abuelo Ozwaldo lo escucho y se cago de la risa... :D
Lo de la pelicula no lo he pensado seriamente.
Esa vaina fue en Merida, como en el 98.
Y no creo. El sonido venía de unas casas atrás, nada que ver con las personas que conocía mi padre.
PD: No recordaba que el abuelo lo había escuchado. Buen abuelo. Dios lo tenga en su paciencia, jejejeje. ¿Recuerdas cuando destruyó el arbol navideño sin querer? jajajajaja
uy... ¿por casualidad le podrá ganará el Payasito Asaltador del Show de la Mañana a este personaje? Payasos malandros, ni más ni menos... creo que tu payasito loco es la nueva generación de payasos crueles que necesitan ver los niños de la generación AA para que abandonen gradualmente el cariño por Barney y los Pelotubbies. Por cierto, Es toda una revolución crear personajes infantiles como esos pero bien adulterados
nonono, no se crean, Barney y los tubbies se traen algo, ah sí...
Me imagino la vaina y me da burda de risa... me gustaría escucharlo... por qué no haces un podcast de eso? jejej
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