miércoles, agosto 29, 2007

PUNTO COM

Tengo dominio y hosting. Gracias al "tapujo" de los cabilleros, sobretodo de Afrael que no sólo me aportó el hosting, sino que me asesoró en una larga y ladilla sesión (por mi ignorancia, claro está). Gracias al Papá (literalmente dentro de poco) Pitufo.

Y a los que me tienen "linkeado", por favor hagan el cambio. Ahora es http://reindertot.com/

Saludos.

lunes, agosto 20, 2007

Podcast Biorritmo # 201: "Pena Ajena"

Regresa el Podcast Biorritmo. Lo tildamos de “regreso”, porque ya cada cabillero ha tenido su propio podcast.
Empecé yo con “Inicio”
Novato con “Volar”
Vemeko con “Odio”
Yiyo con “Depresión”
Afrael con “Euforia”
Alex con “Protesta”. Fin de la “primera temporada.”

La segunda temporada la iniciamos conmigo (Reindertot) nuevamente. Mi tema fue el “peligroso” tópico de “Pena Ajena”. El resultado: temas espantosos, que efectistamente esperamos causen ese sentimiento en nuestros oyentes y como en los podcasts pasados, los motiven a imaginarse su selección.

No nos tomen tan en serio, si el tópico se presta para temas de “baja” calidad, pues es cuestión de mala suerte. :-D

Sin más, aquí los dejamos con el podcast Biorritmo 2×01 (temporada 2, capitulo 1): “Pena Ajena”


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Opciones de suscripción:

¿No sabes qué es Biorritmo Podcast?, revisa este post.

lunes, agosto 13, 2007

Heroes Nacionales de "¿Quien quiere ser millonario?"

El mejor momento en la historia de RCTV vino después de su NO renovación.

Observemos:


Es sencillamente magnífico el momento. He aquí mis apreciaciones:

1) Daría mucho dinero o incluso quizás un par de años de lo que me resta de vida por saber que canción se imaginó “Juan” mientras la cantaba en su mente, colocándole “Papirruqui” primero y luego “El papá de los helados”. A lo mejor la canción que se imagino destruye los paradigmas de la música como la conocemos, y trascendemos a otro nivel.

2) Memorable los comentarios de los maracuchos que postearon el video. Sin duda que “Juan” se llamará “El Papá de los Helados” hasta el día que se muera. Memorable ademas el “¡pero ese bicho es loco!”. Al parecer, los adjetivos ofensivos que denotaban poca inteligencia o ignorancia no abarcaban todo el espectro.

3) No entiendo como “Juan” no asoció “trono” ni “reina” con “rey”, habiendo además un “PERO SIGO SIENDO EL…”. Una vez mas, la estructura mental de "Juan" rompe paradigmas.

4) "Es difícil señor Eladio, es BASTANTE difícil"

5) La catarsis de la audiencia (personifica sobretodo en la mujer con lentes de la derecha) cantando la respuesta. Es maravilloso como "El Rey" pudo transformarse en "¡¡¡Bruuuuuto!!!!"

Sin embargo, “El papá de los helados” siempre tendrá dos consuelos:

1) Francia (y los galos engreídos que creen que el sol gira en torno a ellos):

No solo se equivoca el concursante, sino más de la mitad de la audiencia francesa. Para la mayoría, es el sol lo que gira alrededor de la tierra, y no la luna.

2) El pelirrojo Chase de Nashville:

Destruido en pocos segundos en la primera pregunta (donde los productores incluso se dan el lujo de bromear con una opción D “jocosa”) “B.Water Flows. Final Answer.” Seguido de su “Wait!” son palabras que nunca olvidará. Ahora bien, el rostro del pelirrojo es impresionante. Evidentemente predijo escenas en su futuro inmediato:

a) Fiesta en la universidad. Sus amigos, medio ebrios, lo llenan de cerveza y se ríen de él gritandole "Beer Flows!!".

b) Su habitación. Su novia rompe con él (probablemente por disfunción eréctil) y cuando va de salida le espeta, con una sonrisa de lastima “Water flows, baby”.

Y todo aderezado con el "awwwww, i'm sorry" de la moderadora.

El papá de los helados, los galos engreídos y el Pelirrojo de la primera pregunta, héroes nacionales.

domingo, agosto 05, 2007

Ratatouille: fin del "Lo que ves es lo que es" de las películas anímadas

La premisa de Ratatouille me había aburrido desde la primera vez que vi el trailer: Una rata que aspira a ser chef en Paris y se alía con un torpe aprendiz de cocinero en el proceso.

La premisa no me había “capturado” por una razón sencilla: con esta avalancha de películas animadas (sean de Pixar, Disney o Dreamworks) se cumplía siempre eso de “lo que ves es lo que es”. La premisa de Los Increíbles (una familia de superhéroes), por ejemplo, era llamativa, y su guión se regodeo en la misma. Pero la idea de la rata cocinera, huyendo de un chef enano malvado no se me hacía nada divertido. Bajo la premisa de “lo que ves es lo que es” de las películas animadas, “sabía” que Ratatouille no me iba a agradar mucho.

Me equivoqué. Y la razón de mi equivocación es lo que ha convertido a Ratatouille, desde ya, en un clásico.

Esa razón es que Pixar le ha dado el control al guión, sobre la animación. Lo pondré de la siguiente “acertija” manera, para tratar de explicar sin spoilers: El guión de Ratatouille no es el de una película animada en 3D, pero la única manera de desarrollarlo era precisamente con el modelo Pixar. Esto, en mi opinión, marca un “antes y después” importantísimo en el mundo del cine puesto que la vara ha subido un poco más. El control del mundo animado (y sus infinitas posibilidades) lo tiene el guión y no viceversa.

Ya Brad Bird, escritor y director, nos había dado un atisbo de esto con The Iron Giant. La posibilidad de hacer una historia mas minimalista, contundente y si se quiere real, sin la necesidad de “volverse loco” con las posibilidades de la animación (catarsis de calidad que hizo posteriormente con Los Increíbles). Es por eso que en Ratatouille, paradójicamente, lo único caricaturesco son los humanos. La cocina, sus implementos, las comidas y sus ingredientes son OBSESIVAMENTE reales y no caen en la tentación de chistes fáciles y exagerados. No hay referencias a la cultura popular, o chistes fáciles acerca de la situación mundial actual. Esta es una película que superará fácilmente la prueba del tiempo.

Y por supuesto, esos últimos quince minutos.

La película (que DEBO ver en ingles puesto que la mayoría de la animación se pierde con la no sincronización de los labios de la traducción) va “bien-normal” (incluso hasta un poco lenta) hasta sus últimos quince minutos, en donde la película adquiere entonces el adjetivo de “clásico”, gracias a reacciones encontradas de asco-alegría y una demoledora (pero elegante) crítica a la hipercrítica. Podría afirmar que toda Ratatouille ha sido una excusa para poder narrar esos últimos quince minutos.

La culminación de Ratatouille, con el mensaje sobre la concepción positiva del artista innovador no elitesco, le termina de dar un toque de genialidad a esta pieza de Pixar (que a la vez, muy inteligentemente, se ha cuidado las espaldas de los detractores). Para mí, Ratatouille ha sido la sorpresa mas agradable del año.